Me he enamorado de una marca

me he enamorado de una marca

Si te encuentras en una tesitura parecida a la del título no te sientas como un extraño. A veces pasa, y pasaría más de no ser por la impaciencia e inmediatez de la estadística con la que solemos estar rodeados. No todo es vender.

Vender está bien. No lo vamos a negar, y menos en los tiempos que corren. Pero, ¿debe ser lo único que importe? O mejor: ¿Vale todo para vender? Mi opinión es que no. El cliente no es un ente abstracto o una mera estadística. Hoy el consumidor es un impresionante vehículo que transmite lo que es tu marca.  Las redes sociales, la comunicación masiva e incesante que se intercambia por todos lados hace que vivamos en una sociedad 2.0 (permitidme el paralelismo con internet). El concepto 2.0 va más allá de la red. Al igual que tu marca va más alla del establecimiento, del packaging, o de tu logo…   Tu marca empieza en la mente del consumidor. Y éste debe enamorarse de tu marca.

Y como toda conquista que se precie, suele requerir tiempo, honestidad y cariño hacia el otro (el cliente). En estos casos es mejor una conquista que llegue a una relación duradera y gratificante, que un polvo de fin de semana.

Hay varios ejemplos de marcas que enamoran a sus clientes. Uno podría ser  Apple, que con unos criterios de calidad, funcionalidad y diseño orientados hacia el consumidor final más una estrategia de comunicación que perdura en el tiempo (I’m a Mac) consigue vender un producto que otros considerarian caro y además, convierte este producto en un objeto de deseo por parte del que no lo tiene. El Ipod, los Imac, etc…

Y podriamos nombrar más como Coca-Cola, McDonalds, RedBull…  ¿Estamos dispuestos a invertir tiempo,  aparte de esfuerzo, calidad, trabajo ? Por que el tiempo se ha convertido en un factor clave para enamorar a tu cliente. Agradar e insistir de manera que el cliente, que no es tonto, vea que nuestro “amor” no es fruto de un día.