Por qué la televisión del futuro ya está aqui
Hace unos días tuve el placer y el privilegio de publicar un artículo en Las Iniciativas, El Cluster de Comunicación y Marketing de las Islas Canarias, concretamente en su Diario Digital de Comunicación y Marketing, en el que hablo del futuro de la televisión y de como internet ha cambiado y seguirá cambiando los contenidos y la manera de relacionarse con el telespectador. Les invito a leerlo y debatir si les apetece y que visiten la web de Las Inicitivas para mantenerse informados diariamente sobre marketing y publicidad.
La televisión se encuentra ante un momento decisivo. Tras reinar en nuestros salones durante mas de 40 años con un modelo unidireccional, donde las cadena emitían y tu como usuario o apagabas o cambiabas de canal sin ninguna opción mas, ahora se encuentra con un oponente tremendamente fiero: Internet, con quien se debe adaptar, y para ello nacen las smartTV, televisiones que aprovechan la conexión a internet para agrandar las posibilidades y servicios que pueden ofrecer, tanto el aparato en sí mismo, como la cadena emisora. Pero no solo de SmartTv se alimenta la televisión que viene.
Los espectadores dedican cada vez mas tiempo a Internet que a ver la televisión. Según un estudio realizado en 2010 por Mediascore Europe se sacan en claro varios dato: De media cada español dedica 13,6 horas a la semana a navegar por Internet frente a las 13 horas que dedica a ver la tele. Con respecto a Europa estos datos significan que España se sitúa en el quinto puesto de consumo de Internet, por detrás de Dinamarca, Noruega, Reino Unido y Portugal.
Actualmente, no hace falta hacer sesudos estudios, si no poder dar un vistazo a los salones de nuestras casas y ver como la irrupción de los smartphones ha significado vivir conectados en todo momento, y uno de esos momentos es mientras vemos la tele, hablando con nuestros amigos por Whatsapp, Twitter o Facebook.
Eventos televisivos de nivel internacional como el final de Lost causaron furor en las redes, y evidentemente, las televisiones no son ajenas a estos comportamientos. En España ya estamos viendo ejemplos de canales que promueven la utilización de hashtags para determinados programas; algo que en Estados Unidos está a la orden del día. Hemos pasado del “envía mensaje a …” a Tuitea el #finaldehouse. Llegando a un público mayor. La televisión social esta aquí, abriéndose paso a golpe de tweets de los usuarios.
El reto de la televisión actual va mas allá de comunicarse e interactuar vía Facebook o twitter. La implantación de dispositivos como los tablets y los smartphones nos llevan a pensar en una convergencia de contenidos entre televisión e internet basados en el concepto de 2º pantalla.
Este concepto se basa en la utilizar otro dispositivo dotado de pantalla para interactuar con lo que se nos muestra en pantalla, o con todo lo que tiene que ver con el contenido que estamos viendo. Esta idea, entiendo (quizás me equivoque) que tiene un germen en el año 1998 con Sega Dreamcast y su Visual Memory Unit, de manera que conectando este último al pad de la consola nipona, se puede disponer de información adicional que no se mostraba en pantalla, además de poder jugar a minijuegos de manera independiente, cuyos resultados influirán en el juego específico en la consola de sobremesa.
El paso definitivo y valiente hacia este tipo e interactividad lo tenemos con Nintendo y su futura Wii U con su nuevo mando que incorpora una pantalla táctil 16:9 de 6,2 pulgadas y botones de control tradicionales, con el que podremos seguir jugando sin necesidad de estar frente a la televisión del salón.
Pero no (solo) de consolas de lo que estamos hablando. Cuando hablamos del concepto de segunda pantalla y aprovechar esto para la nueva televisión inteligente que se avecina, estamos refiriéndonos a un mundo en el que los contenidos deberán adaptarse de manera irremediable al nuevo paradigma que la tecnología dibuja para el usuario/cliente.
La utilización de smartphones o tablets junto a nuestras smartTVs deben ir de la mano de desarrollo de aplicaciones para que nuestra manera de consumir televisión cambie drásticamente.
Actualmente el usuario requiere optimizar el tiempo que esta consumiendo televisión, y con esta premisa, los contenidos bajo demanda serán esenciales.
El contenido deberá ser atractivo y la interactividad juega una baza fundamental para el triunfo o fracaso. Con esta premisa clara, los formatos televisivos tendrán que cambiar, centrándose en el espectador de una manera que pocas veces se había visto, trasladando el concepto de aplicación a la televisión para, por ejemplo transmitir un partido de fútbol, mientras los espectadores ven las estadísticas del partido en su ipad mientras chatean con los demás usuarios, o pueden seguir viendo una película en su habitación en su Tablet, tras haber apagado el tv.
Además, debemos recalcar que esta nueva televisión será mas social que nunca y que las redes sociales (actuales, futuras, generalistas o no) influirán de manera definitiva como plataformas de recomendación de lo que podemos ver. Esto no es nuevo para los usuarios/clientes que han utilizado la red para ver series de tv, pero a escala general, es un concepto capital.
Y todo este cambio en la manera de ver e interactuar con la televisión tendrá un reflejo enorme en el mundo de la publicidad. La recogida de datos de cara a segmentar la publicidad será mas eficiente que en al actualidad, y se podrá tener en cuenta el nivel de interacción que hay con el contenido en cuestión, entre muchos otros parámetros, que redundarán en una segmentación mas eficiente, tanto del target, como por el dispositivo utilizado. Podemos ir olvidando sistemas de medición de audiencias y de impacto o publicitario un tanto arcaicos., y ver como el usuario puede seguir “disfrutando” de nuestra publicidad allá donde esté, ya sea en la cocina o en el baño, o en el balcón., comprobar de manera real si interactúa, si le interesa lo que contamos, el número de personas que están “en la aplicación” en ese instante.
Evidentemente, este hecho nos propone un cambio sustancial en la manera de hacer publicidad, debiendo dejar el modelo actual pasivo, para hacer caso de las estrategias de comunicación que se realizan en redes y maximizarlas tanto como el medio y un contenido atractivo dejen. De cara al futuro, quizás debamos irnos olvidando de el tradicional mando a distancia, olvidando de ver la televisión como un espectáculo pasivo y pasemos a ser actores principales de lo que vemos.
La televisión debe mostrar que no está limitada para el diálogo y que puede salir del ámbito del salón, sin complejos y hacia cualquier parte de la vida de los usuarios.