Cómo la gamificación puede revolucionar la creatividad

En un mundo en constante cambio, la creatividad y la innovación son un desafío. La realidad como creativos demanda un mundo con más y mejores ideas, más disruptivas, donde la innovación tenga como eje el bienestar de las personas y las marcas. Es aquí donde la gamificación y la creatividad se deben cruzar.

Construir una estructura de trabajo para la generación de ideas es un desafío recurrente en contextos de innovación intensiva como las que se requieren actualmente La literatura sobre creatividad ha llegado a un consenso realmente convincente sobre las características que tales dispositivos organizacionales deben poseer para apoyar la creatividad con solvencia suficiente: procesos de aprendizaje y un clima creativo de confianza para promover la colaboración. Sin embargo, las metodologías prácticas actuales luchan por realizar simultáneamente estas dos características. Es aquí donde la gamificación puede jugar un papel importante a la hora de articular estos procesos.

La gamificación es una técnica que utiliza mecanismos de juego, estrategias y elementos visuales para establecer una estructura de “juego y recompensa”. Aunque suene a tecnología, probablemente te encuentres con la gamificación más a menudo de lo que crees. Cualquier aplicación o plataforma que te anime a conseguir una puntuación, a desbloquear niveles o a realizar cualquier tipo de acción para avanzar, está gamificada, sobre todo si después tienes una sensación de logro porque has “ganado” algo en el juego.

En conjunto, se espera que la industria de la gamificación tenga un valor de 40.000 millones de dólares en 2024 y es un componente esencial de cualquier tecnología moderna. Pero, ¿qué tiene que ver la gamificación con la creatividad? Pues bien, tanto en los negocios como en el ocio, se ha demostrado que existen fuertes vínculos entre la gamificación y la innovación.

La gamificación y la creatividad deben  cruzarse para fomentar la innovación de verdad en las organizaciones. Las marcas más audaces serán las que mejor se posicionen fabricando ideas que de verdad mejoren su entorno.

Dar con una buena idea creativa es difícil. No entendemos del todo cómo funciona este proceso, pero hay ciertas técnicas que han demostrado tener éxito a la hora de fomentar la creatividad, como los mapas mentales, el brainstorming o la creación de condiciones para la libre experimentación. Muchas grandes empresas (como las agencias de diseño) adoptan estas prácticas en su forma de trabajar.

Jugar, literalmente, es una forma poderosa de facilitar el pensamiento creativo, porque puede reducir las barreras de las normas y rutinas de comportamiento establecidas, ofreciendo nuevas reglas y a veces incluso nuevas realidades.

La idea fue rápidamente recogida por las empresas, donde se hicieron audaces predicciones sobre el valor de la gamificación cuando se aplica a procesos empresariales como la gestión de la innovación, que supervisa el proceso de creación y transformación de una idea en una solución comercializable. Pero muchas empresas siguen siendo escépticas sobre el concepto de gamificación o no están seguras de cómo hacer que funcione para sus necesidades particulares.

Generar y compartir ideas

En la experiencia creativa gamificada, hay menos presión sobre los participantes para que aporten rápidamente ideas originales. Al tener una estructura reducida, en la que los usuarios pueden probar, fallar o tener éxito, y volver a intentarlo, la gente puede alcanzar cualquier potencial creativo no explotado que pueda tener.

La gamificación también facilita la colaboración cruzada y la ideación cruzada, sobre todo cuando hay equipos o comunidades. Como los usuarios están ansiosos por avanzar en el juego, aprenden a trabajar juntos y a inspirarse en otros jugadores. Incluso la competencia informal anima a la gente a investigar por su cuenta y a explorar vías que antes no habrían considerado.

Los componentes de la gamificación fomentan el bienestar positivo porque recompensan a los usuarios por cosas como la generación o lectura de contenidos útiles o consejos sobre la mejor manera de progresar en el juego/problema creativo. Esto genera un ciclo en el que los usuarios se sienten bien con su actuación y aprenden nueva información. Podemos fomentar el pensamiento creativo con estas herramientas. 

Gestión de ideas

El objetivo de la gestión de ideas es involucrar a las personas que ya tienen ideas y agilizarlas a través del “embudo de la innovación”, es decir, el proceso de búsqueda, selección e implementación de nuevas ideas. La gamificación se convierte en una herramienta para crear un espacio en el que las personas puedan compartir sus ideas entre sí.

Una forma típica de funcionar sería que una organización creara una plataforma, como una página web, en la que publicar y compartir ideas. Los empleados reciben puntos cada semana o mes para “invertir” en las ideas propuestas que les gusten. Una vez seleccionadas las mejores ideas, los “inversores” que han tenido éxito reciben dividendos en puntos, que pueden reinvertirse. Los puntos no tienen valor monetario, pero la gente les asigna un valor de estatus. Jugar a ser inversor es divertido y sirve a la vez para un propósito serio.

Pero lo más importante es que un entorno lúdico da permiso a la gente para pensar y comportarse de forma diferente, y ahí es donde empieza a producirse la magia.

Creación de ideas

Otro enfoque consiste en gamificar el propio proceso de creación de ideas. El objetivo es influir en los procesos cognitivos -los procesos mentales que nos ayudan a analizar, responder y reaccionar ante cualquier situación- y supone algo que se parece más a un juego real. Esto hace que sea más difícil de aplicar porque requiere el desarrollo de un concepto más sofisticado. En este caso, no bastan los simples puntos de inversión, y es aquí donde pueden nacer y florecer realmente las ideas creativas.

Gamificación para el bien

Es probable que muchas empresas implanten la gamificación para la gestión de ideas como forma de evolucionar y mejorar sus procesos empresariales. Es una forma más lúdica y atractiva de dar voz a todos los empleados y permitirles ser innovadores, aunque no esté en su puesto de trabajo.

Pero la gamificación no debe verse como un enfoque puramente instrumental para facilitar la gestión de ideas. Utilizarla para fomentar el pensamiento creativo es más difícil y requiere más recursos, pero también es más gratificante, porque puede ayudarnos a explorar e imaginar los retos y posibilidades del futuro.

Construir habilidades transferibles en un flujo de innovación gamificado

A diferencia de los métodos habituales de retroalimentación, las plataformas gamificadas ofrecen a los usuarios elogios y sugerencias en tiempo real a medida que avanzan, lo que les permite aumentar la confianza en sus habilidades. Sentirse más creativo puede llevar incluso a reducir la ansiedad, la depresión y el estrés.

Esto puede crear una competencia informal entre los empleados por el estatus de sus departamentos, con efectos secundarios positivos no deseados. Por ejemplo, cuando los empleados navegan por una plataforma o entorno gamificado, empiezan a entender mejor lo que ocurre en el resto de la organización. Llegan a conocer a otras personas y esto desarrolla un sentido de comunidad.

A medida que los usuarios vayan valorando los proyectos en los que trabajan como un juego, podrían descubrir que aplican las habilidades en otros ámbitos. La escritura, la organización e incluso el pensamiento crítico pueden beneficiarse significativamente de una mayor creatividad.

Desencadenar emociones reales

Más allá de la ciencia de la gamificación, los procesos gamificados pueden desencadenar emociones reales y poderosas en las personas. Reduce las barreras de las normas de comportamiento y las rutinas, abriendo un nuevo espacio para profundizar en la creatividad.

De hecho, las investigaciones demuestran que los participantes en la gamificación obtienen un 14% más de puntuación en las evaluaciones basadas en habilidades, lo que pone de manifiesto que esta técnica puede ayudar a los usuarios a destacar en áreas específicas. Al motivar a las personas a interactuar con una trama, un tema o cualquier tipo de historia, la gamificación permite a los usuarios navegar y familiarizarse con nuevos caminos. Esta curiosidad, combinada con la resolución de problemas, es una base sólida para las mentes creativas.

Este enfoque de creatividad gamificada no debe quedarse sólo en el ámbito de las industrias creativas obvias, como el diseño. Otras industrias más tradicionales pueden utilizar este enfoque para reimaginar su futuro y abrir su potencial creativo. 

¿Crees que la gamificación y la creatividad pueden ayudar a tu marca?